Aterrorizado

En mitad de una gélida noche de crudo invierno, el gran lobo se despertó bruscamente; aterrorizado, profiriendo un fuerte pero entrecortado aullido. Estaba sudando, desorientado y con el pelaje erizado. Le costó darse cuenta de que estaba a salvo, en su guarida, con el resto de la manada que dormía plácidamente. Había tenido una pesadilla. Había soñado con el hombre.
"un cuento corto de Jaime López."
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home