.el mago que quiso ser mimo

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Estaba harto de la magia, cada vez se sorprendía menos de sus trucos.

Las cartas ya no impresionaban a los espectadores y aun cuando ingeniaba nuevos actos cada vez más complejos no satisfacían sus necesidades.

Es difícil ganarse la vida como mago en un lugar donde todas las tardes son tardes de rutina...

Además, para agregarle un toque dramático a su infortunio, ser mago nunca fue su primera opción, el siempre quiso usar una boina negra y guantes blancos, jugar con el viento, tocar las cosas invisibles que están por todas partes y solo los sujetos con disfraz negro y maquillaje blanco pueden tocar.

Quizás su suerte no cambiaria con eso, pero al menos tendría cosas nuevas y si no seguramente las inventaría.

Confecciono su vestuario utilizando su aburrido traje de mago, recordaba con frecuencia aquel personaje de la sonrisa dibujada que parado sobre una caja de madera se encerraba en una prisión invisible o luchaba contra el viento o se empeñaba en tirar de una cuerda que ni se veía ni tenia nada en el extremo opuesto.

Era una historia bastante entretenida, tanto que ya olvidé el final.,